El Anticristo Está Entre Nosotros

El Anticristo Está Entre Nosotros. Ese es el título de nuestro programa; El Anticristo es el que habla contra Cristo el Hijo de Dios. ¿Quién es Cristo, el Hijo de Dios? El autor de la epístola a los Hebreos en las Escrituras nos lo dice en el primer párrafo, cuando comienza a escribir para explicar que el Padre había enviado a su Hijo al mundo y que él habla por medio de su Hijo, y luego él explica quién es el Hijo,

el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia,

quien

Él se sentó a la diestra de Dios en las alturas. Esta es la naturaleza de nuestro Cristo Jesús, lleno de gracia, quien purificó nuestros pecados – esta es su gracia, su poder. Como estamos muertos en pecados, somos purificados del pecado cuando creemos sólo en él, y todo es por su gracia. Él es, como dice la Escritura,

el Dios de toda gracia.

El apóstol Juan dice,

la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.

Cristo Jesús es la gracia. Él es el mensaje del que Pablo habló; el evangelio, el “poder de Dios para salvación”. Esta es la naturaleza de Cristo: lleno de toda gracia. Y él vino para salvar a su pueblo de sus pecados. ¡He allí la maravilla de Cristo como él es revelado en las escrituras! Él es la gracia; él es misericordia; su persona tiene poder para salvar. Esta es la naturaleza de nuestro Señor Jesucristo. ¡Alabado sea su nombre!

En 2011 el Vaticano anunció que habrá un “Año de la Fe”, comenzando en octubre de 2012, y es para celebrar dos eventos en particular: El Concilio Vaticano II tiene su 50 aniversario, y el Catecismo de la Iglesia Católica, publicado inicialmente en 1992, cumple su 20 aniversario; y fue el Papa actual, el entonces Cardenal Ratzinger, quien
fue responsable del texto y de la totalidad del catecismo. Él fue el coordinador principal, el escritor, y el que nos dio este libro—el Catecismo de la Iglesia Católica. Es muy fácil citar cada párrafo exacto porque viene en pequeñas secciones, con números de párrafo,

y siempre se cita en números de párrafo y no en números de página. Y el Papa actual definió lo que la gracia es de acuerdo con la Iglesia Católica. En el párrafo 2021. Estoy citando el párrafo entero y voy a leer las palabras exactas:

La gracia es el auxilio que Dios nos da para responder a nuestra vocación de llegar a ser sus hijos adoptivos. Nos introduce en la intimidad de la vida trinitaria.

habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.

según esto, “La gracia es el auxilio que Dios nos da para responder a nuestra vocación de llegar a ser sus hijos adoptivos.” Así pues, la gracia ya no es el poder de Dios para salvación; ya no es la naturaleza de nuestro Señor Jesucristo; ahora es simplemente una ayuda. Pero la gracia no es una ayuda para que nosotros podamos responder. La gracia es la naturaleza misma de Cristo Jesús. Él es la gracia y la verdad. Él es aquél por medio del cual el evangelio es proclamado y por su poder y amor y misericordia, las almas son salvas. Así que definir la gracia como una ayuda es una afirmación extremadamente blasfema cuando consideramos la naturaleza de Cristo Jesús. Y así, cuando leemos lo que el Papa actual ha escrito, y todavía es afirmado oficialmente en la Iglesia Católica, y será celebrado en 2012, nos horrorizamos; y esto nos hace pensar: ¿acaso no estamos viendo a aquél que habla en contra de Cristo, que finge ser Cristo, hablando en contra de él? ¿Acaso no estamos viendo a aquél que la escritura llama “el hombre de pecado”, el Anticristo? Así que quisiera pedirle a Bill Mencárow, William Mencárow, que comience a explicarnos esto.

WJM

Gracias, Richard. En 2a Tesalonicenses, capítulo 2, versículo 7, la Escritura habla del misterio de la iniquidad, el cual es mostrado visiblemente en la forma del hombre de pecado. Y el resultado de esta apostasía es llamado en el versículo 10 “todo engaño de iniquidad”. De tal manera que esta apostasía está marcada por hipocresía y engaño, mientras que aparenta ser justa y santa. El Papa actual, Benedicto XVI, anteriormente Cardenal Ratzinger, quien toma para sí mismo el título de “Padre Santo, el título de “Vicario de Cristo”, y otros títulos, cumple en el sentido literal la definición del Anticristo dada por el apóstol Juan. En 1a de Juan 2, versículo 22, bajo la inspiración del Espíritu Santo, el Apóstol Juan escribe:

¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo.

El Pontífice, el papa, al tomar para sí estos títulos, niega tanto al Padre como al Hijo. El 5 de septiembre del año 2000, el mismo hombre, cuando era el Cardenal Ratzinger, muy confiado de sí mismo, afirmó en un documento que él escribió, llamado Dominus Jesus lo siguiente:

la misma plenitud de gracia y verdad [del Señor Jesucristo]... fue confiada a la Iglesia católica [y a ninguna otra]

Así que al remedar sus prerrogativas divinas, ellos están hablando aquí directamente en contra de Cristo, el único que está lleno de gracia y de verdad, como Richard acaba de explicar. La Escritura declara que es necesario creer en el Señor Jesucristo solo, de quien uno recibe, como dice Romanos 5:17

la abundancia de la gracia y del don de la justicia.

Luego el mismo hombre, el Cardenal Ratzinger, compiló el Catecismo de la Iglesia Católica, como Richard mencionó. En este Catecismo él escribió, en el párrafo 1129,

La Iglesia afirma que para los creyentes los sacramentos – estoy enfatizando aquí , –

los sacramentos de la Nueva Alianza son necesarios para la salvación. La "gracia sacramental" es la gracia del Espíritu Santo dada por Cristo y propia de cada sacramento.

Lo que no se dice aquí es que los sacramentos físicos de Roma, agarrados fuertemente por el puño del Papa, y declarados necesarios e indispensables para la salvación, sustituyen así al Señor de la gloria y a su Evangelio.

También en la actualidad, la Iglesia de Roma ha ratificado firmemente desde el año 1302, la bula papal Unam Sanctam, escrita por el Papa Bonifacio VIII, la cual dice en parte, (y esto nunca ha sido abrogado), dice:

“Así pues, declaramos, afirmamos, determinamos y proclamamos que es necesario a toda criatura para su salvación sujetarse a la autoridad del pontífice romano”

Repito. Unam Sanctam, la postura oficial de la Iglesia Católica Romana:

“Así pues, declaramos, afirmamos, determinamos y proclamamos que es necesario a toda criatura para su salvación sujetarse a la autoridad del pontífice romano”

Y ellos dicen que los sacramentos son necesarios para la salvación. Así que ellos dependen de estos signos físicos en vez de depender de la fe directa en el Señor Jesucristo: ese es el engaño del Papado. Ellos desvían la fe que es en la persona de Cristo y la trasladan a unos signos que presuntamente tienen poderes. Estas cosas demuestran que en el oficio del Papado tenemos la línea de hombres a la que la Escritura llama “el Hombre de Pecado”.

RB:
Sí, eso está clarísimo. El Señor Jesucristo fue absolutamente claro en sus

mandamientos y en todo lo que él dijo. Y el les dijo específicamente a los creyentes:

Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos.

Y él también dijo:

uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos.

Así que no debemos llamar padre nuestro a nadie en la tierra porque tenemos un Padre en el cielo. Y la naturaleza de nuestro Padre que está en el cielo es temible, en el sentido más profundo de esa palabra, y él es digno de toda adoración y alabanza. La Escritura dice:

¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues sólo tú eres santo

 

Sólo Dios es Santo. De manera que el mandamiento consiste en no llamar a nadie padre en un sentido espiritual en la tierra. Y sin embargo, tenemos que el papa se llama a sí mismo el “Santísimo” y “El Santo Padre”, quebrantando la ley de Cristo al pie de la letra, y satisfaciendo la definición de lo que significa ser el Anticristo.

WJM

Muy cierto, Richard, muy cierto. Como tú sabes bien, a través de la historia, las circunstancias acerca de la venida y del carácter de Cristo han correspondido tan admirablemente a la profecía (y vemos eso vez tras vez), que en el pasado, el pueblo de Dios alabó su nombre por ello. Y de igual manera, el rebaño del Señor también le agradeció por haber descrito claramente al Anticristo. Este no era ningún misterio. En un momento hablaremos acerca de las actitudes modernas al respecto, pero el Señor mismo confirmó la idea de que iba a haber un cumplimiento específico en el papel del Anticristo cuando él afirmó en el evangelio de Juan, capítulo 14, versículo 30

...porque viene el príncipe de este mundo. De igual manera, Cristo Jesús dijo en Juan 5:43

Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, a ése recibiréis.

Y Juan, el discípulo amado, siguiendo en las pisadas de su Maestro, afirma enfáticamente, en 1a de Juan capítulo 2 versículo 18:

... vosotros oísteis que el anticristo viene...

No debería haber ninguna confusión acerca de esto. Juan confirma que, aunque en esa época había adversarios de Cristo (en otras palabras, muchos anticristos), estas fuerzas de oposición finalmente se unirían y se centrarían en una entidad; una entidad – el Anticristo.

A diferencia de lo que la gente cree equivocadamente, los Papas no son los sucesores
del Apóstol Pedro. Y nosotros tenemos un video que entra en ese tema en más detalle. Sin embargo, ellos sí son sucesores de alguien, y ese alguien es el Emperador Romano. La historia muestra que Justiniano, el Emperador Romano Justiniano, oficialmente le otorgó el título de “Gran Sumo Sacerdote” al Obispo de la Iglesia de Roma en el siglo VI. Por tanto, el oficio de “Gran Sumo Sacerdote” de la Iglesia Católica Romana, perpetuado ya durante 1,500 años, vino de una fuente apóstata secular – el Emperador del Imperio Romano. La Biblia, por el contrario, proclama a un Sumo Gran Sacerdote – el Señor Jesucristo, nombrado por Dios. ¡Y a ningún otro! Ahora, el Emperador
pagano Justiniano también le otorgó al Obispo de la Iglesia de Roma la supervisión universal del mundo cristiano entero, como si hubiera tenido el poder para hacer tal cosa. Y entonces fue cuando el Obispo de la Iglesia de Roma vino a ser conocido como el Papa, levantándose como la Cabeza Espiritual del Imperio Romano Pagano. La autoridad de este hecho histórico por sí sola, debería ser considerada como una clara designación del Anticristo.

De hecho hay una nube de testigos en la historia de la Iglesia: Desde la época de la persecución de los Valdenses, y a través de la larga era de la Inquisición, los Lolardos, los Bohemios, y los creyentes de la Reforma – todos ellos comprendieron tanto el oficio de Cristo como el de su impostor, el Anticristo. El celo y la valentía de muchos de estos mártires estaban basados en su convicción de que ellos estaban resistiendo al Anticristo. Hoy, sin embargo, es “religiosamente correcto” declararse ignorante acerca de la identidad del Anticristo. A medida que el movimiento ecuménico cobra fuerza, es imprescindible que recobremos una comprensión bíblica de la profecía de la Escritura, la cual aún se está desarrollando en el tiempo, en vez de simplemente relegarla a un período de cataclismo futuro.

Los creyentes bíblicos de la antigüedad reconocieron a la Iglesia Católica Romana como el Anticristo. Y para saber eso, sólo se requiere conocer un poco de la historia de la Iglesia. Esta idea fue conocida y expresada aun a lo largo de la Edad Media por gente como Juan Wycliff y Juan Huss; durante la Reforma, por Martín Lutero, Guillermo Tyndale, Juan Calvino, Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera, quienes tradujeron la Biblia al español, Tomás Cranmer, Nicolás Ridley, Juan Bradford, Juan Foxe; luego en los siglos 17 y 18, por Juan Bunyan, por los traductores de la Biblia King James, y los hombres que publicaron la Confesión de Fe de Westminster y la Confesión Bautista; por Jonathan Edwards, George Whitefield, Juan Wesley; y en tiempos más recientes por Charles Spurgeon, J.C. Ryle y el Doctor Martyn Lloyd-Jones. Todos enseñaron que la institución Católica Romana es a lo que la Biblia se refiere cuando habla acerca del Anticristo. Así que todos estos hombres, y muchos más, conocían la precisión de la Escritura en relación tanto a Cristo como al Anticristo. La Palabra escrita se ha cumplido en la historia tanto en la luz como en las tinieblas. Como un guante de seda sobre la mano, así los eventos de la historia encajan con la profecía de la Escritura.

H. Grattan Guinness dijo que la historia es la clave para entender la profecía de la escritura. Ésta se desarrolla en la historia.

Hoy en día es “religiosamente correcto”, (ese es el término que hemos usado), abstenerse de hablar acerca del Anticristo, excepto en algún escenario futurista que no puede ser analizado porque ni siquiera ha ocurrido aún. Esa es una aplicación del “principio de la tolerancia” del día de hoy, el cual le ha quitado el filo casi por completo a la exactitud y claridad de la espada bíblica – la Escritura. Tal tolerancia sostiene que las advertencias de Cristo y de los apóstoles Juan y Pablo no han de ser consideradas históricamente, sino más bien aplicadas a algún líder político futuro al final, en los últimos tiempos. Mientras que mucha de la enseñanza bíblica moderna asume que un líder político futuro será el Anticristo venidero, el Anticristo bíblico es primeramente apóstata, y luego político, pero sólo desde su sede apóstata de poder. Esto es importante de recordar. El Anticristo, de acuerdo con la Biblia, es primeramente apóstata, y luego político, pero sólo por causa de su sede apóstata de poder.

Así que esto describe perfectamente a cada Papa Católico Romano en su oficio pontificio.

RB

Sí, eso es muy interesante porque nos lleva de regreso exactamente a lo que la palabra de Dios dice en 2a Tesalonicenses, capítulo 2. Habla de lo que tú estabas mencionando, Bill, la apostasía. Que antes que nada habría una apostasía, es decir una deserción. Que los creyentes genuinos negarían la fe. Durante 250 años, la Iglesia de Roma era predominantemente bíblica. El apóstol Pablo los alaba en su carta a los Romanos. Y luego la misma fe continuó, pero luego la apostasía comenzó a infiltrarse con la dilución del evangelio y luego con la negación misma del mensaje del evangelio. De tal manera que vemos que durante el siglo quinto y sexto la apostasía es revelada porque era un abandono de lo que había sido cristianismo genuino. Y luego, es muy interesante que el apóstol les dice a los tesalonicenses que ellos sabían qué detenía al hombre de pecado, es decir al Anticristo, y quién detenía al hombre de pecado. Es decir, él usa dos palabras distintas para referirse a lo que está deteniendo la manifestación del Anticristo, y es asombroso porque históricamente esta es la manera en que sucedió, y es exactamente lo que fue dicho en la Escritura. En el versículo 6 es una cosa, y en el versículo 7 es una persona. Y los tesalonicenses lo sabían bien, porque la discusión que hubo cuando Pablo y Silas fueron a Tesalónica fue acerca de César. El asunto era que ellos fueron acusados de hablar en contra de César. Aquí, el Emperador y su Imperio eran el asunto clave para estos creyentes primitivos, y para Pablo. Era el Impero Romano y el Emperador. Eso era lo que estaba rigiendo y eso detenía la venida de la apostasía y el ascenso del Anticristo, así que ellos sabían que era un sistema “lo que lo detenía” y sabían que era una persona “quien lo detenía” – era el Emperador mismo. De manera que ellos lo sabían y lo veían muy claramente, y así fue como sucedió. La venida de la apostasía y el ascenso del Anticristo se dieron cuando el emperador fue quitado de en medio, cuando Constantino abandonó Roma en el año 330 y se fue a Constantinopla. Fue entonces que los Obispos de Roma comenzaron a presumir de quiénes eran ellos y de la autoridad que tenían, y gradualmente comenzaron a crear la imagen de quiénes eran ellos, y cuál iba a ser su mensaje. Así que fue después de que el Emperador abandonara Roma que el Obispo Romano tomó el puesto de dictar órdenes (que es lo que había hecho el Emperador), y él proclamó quién era él y proclamó que su puesto era universal. Y es asombroso ver históricamente que esta profecía fue cumplida tan claramente. Era el Imperio Romano y el Emperador Romano lo que estaba deteniendo al hombre de pecado y luego él fue revelado. Y está claro que esta es la manera en que los creyentes bíblicos vieron esto. Es admirable que Jerónimo, el erudito bíblico primitivo, vio esto muy, muy tempranamente. Y Tertuliano lo vio, y muchos de los creyentes primitivos lo vieron, y también la gente que vivió antes de la Reforma Protestante, de quienes tú hablaste, Bill. Los Bohemios y los Lolardos, y antes de eso, los Valdenses. Ellos vieron esto, así que veamos lo que la Escritura describe en realidad para que podamos comprender exactamente quién es el Anticristo—quién es el Hombre de Pecado.

WJM

Efectivamente, y está muy claro en 2a Tesalonicenses capítulo 2. Ese es sin duda un lugar clave en donde aparece el hombre de pecado. El apóstol Pablo declara de forma inequívoca el lugar en donde el Hombre de Pecado había de aparecer, para que nosotros lo pudiésemos reconocer. 2a Tesalonicenses capítulo 2 versículo 4 dice lo siguiente. Y repito, el contexto es el hombre de pecado, el Anticristo,

 

el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios. (versículo 4).

Dice aquí que él se sienta en el templo de Dios. Él iba a aparecer en el templo de Dios. La palabra “templo” es usada constantemente por el apóstol pablo para describir al pueblo mismo de Dios. Por ejemplo 2a Corintios 6:16 dice

¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo:

Habitaré y andaré entre ellos, Y seré su Dios,
Y ellos serán mi pueblo.

Y por supuesto, en otro lugar, la Escritura describe a los creyentes como piedras de construcción formando parte de un edificio, pero no es un edificio físico. Él no está hablando de un edificio físico. Él está hablando del pueblo de Dios: la Iglesia es el templo. Dice “vosotros sois un templo santo”, y hay varias referencias al hecho de que el pueblo de Dios es un templo. Así que esto es un testimonio del hecho de que el hombre de pecado emanaría de en medio del pueblo de Dios, el templo de Dios, como resultado de la negación de la fe, la apostasía, descrita en el versículo anterior. Así que,

se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.

Ahora bien, muchos no se dan cuenta de ello, pero la sustancia de 2a Tesalonicenses capítulo 2, versículo 4, es tanto la afirmación oficial del Papado como su práctica. Esto está documentado en fuentes primarias de la Iglesia Católica Romana, y son fáciles de encontrar en el sitio de internet del Vaticano.

El versículo 4 dice, como acabo de leer,

se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.

Sistemáticamente, en la enseñanza y práctica católica romana, el Papa es llamado “Su Santidad”, como sabemos. Pero tal título se puede aplicar sólo a Dios. Dios es el único ser cuya naturaleza es santa; ningún hombre es santo. En cuanto al título de “Su Santidad” que asumió el Papa, la Iglesia Católica Romana le atribuye al Papa los siguientes atributos divinos (y estoy citando el Código de Derecho Canónico de la Iglesia Católica Romana, Canon 749, Sección 1),

En virtud de su oficio, el Sumo Pontífice goza de infalibilidad en el magisterio, cuando, como Supremo Pastor y Doctor de todos los fieles ... proclama por un acto definitivo la doctrina que debe sostenerse en materia de fe y de costumbres.”

Así que en la pretensión Papal a lo que ellos llaman “infalibilidad en el magisterio”, es en realidad el atributo divino de infalibilidad lo que está en juego. Así que la declaración oficial de Roma exalta al Papa (como tomado directamente de 2a Tesalonicenses) “contra todo lo que se llama Dios”.

Igualmente, la justicia merecida por Cristo Jesús le dio, después de su resurrección, “Toda potestad en el cielo y en la tierra” (como dice Mateo 28:18). Él dice “esta

 

potestad me es dada a mí”. La pretensión Papal es expresada oficialmente de la siguiente manera (en el Catecismo de la Iglesia Católica, Párrafo 937),

El Papa "goza, por institución divina, de una potestad suprema, plena, inmediata y universal para cuidar las almas"

Comparemos esto con lo que Cristo dijo acerca de sí mismo cuando dijo: “A mí me es dada toda potestad en el cielo y en la tierra”. Así que en esta pretensión del Catecismo Católico, en la doctrina católica, a un poder que le fue dado exclusivamente al Señor Jesucristo, el Papa de nuevo se exalta a sí mismo, como dice 2a Tesalonicenses, sobre “todo lo que se llama Dios”.

Te quiero hacer una pregunta: ¿Cuántas relaciones extramaritales requiere el sentido común para poder acusar a una persona de adulterio? Pues bien, ¿Cuántas blasfemias oficiales más se requieren para identificar correctamente como el Hombre de Pecado a aquél que se llama a sí mismo “Su Santidad”?

De manera extravagante y al parecer sin temblar, el Oficio Católico Romano del Papado satisface por sí mismo el texto de 2a Tesalonicenses y su definición de Anticristo. Es importante notar que la palabra griega traducida “anticristo” en la Biblia no significa simplemente “el que está en contra de Cristo”, sino que de manera importante, lo que significa es “el que sustituye a Cristo”. En un sentido real, el papado ha estado personificando el doble significado de esta palabra griega (es decir, uno que está en contra del Señor Jesucristo y pretende tomar su lugar), y esto lo podemos ver en sus intentos por usurpar su poder y su posición (el poder y posición de Cristo), como Profeta, Sacerdote y Rey. Así que la potestad plena y suprema le pertenece sólo al Dios-Hombre, Jesucristo, el cual obra con entera libertad en cada persona de su Iglesia. Esto se demuestra en Efesios capítulo 1 versículos 22 y 23, donde habla de Cristo y de lo que el Padre había hecho. Él

sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.

Y por supuesto, esto está hablando de Cristo. El padre ha puesto todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la Iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquél que todo lo llena en todo.

La Iglesia Católica Romana pretende tomar para sí su posición divina, de acuerdo con su enseñanza oficial. El Catecismo de la Iglesia Católica, párrafo 882:

El Pontífice Romano, en efecto, tiene en la Iglesia, en virtud de su función de Vicario de Cristo y Pastor de toda la Iglesia, la potestad plena, suprema y universal, que puede ejercer siempre con entera libertad

Así dice el Catecismo de la Iglesia Católica.

El Pontífice Romano es el peor y el mayor enemigo de Cristo; bajo la apariencia de rendirle servicio a Cristo pretende socavar sus oficios exclusivos al usurpar su posición y su poder.

 

La perversidad en el sistema Católico Romano ha alcanzado proporciones tan horrendas que es difícil mantenerse al corriente de todas las evidencias que salen a luz. Si por un lado, la convicción acerca de la naturaleza de esta iglesia apóstata viene de la Palabra de Dios, por otro lado las maldades del tiempo presente sí que muestran que ya está en acción el misterio de la iniquidad.

RB:
Sí, y todos los escándalos y la pedofilia, los adulterios y todo lo que se reveló en el

Boston Globe, y por todo el mundo, muestran la malignidad de ese sistema, y... WJM:
Claro. Y los titulares de mañana van a sacar otra historia más.
RB:

... y muestran lo que ha sucedido y lo que ha salido de este sistema. Ahora quisiera recalcar lo que la Biblia tanto enfatiza, y es que Cristo Jesús en su gloria es Rey de reyes y Señor de señores. Él es aquél a quien nosotros nos sometemos, y nosotros lo seguimos alegremente a él. Él manda que si alguno quiere ir en pos de él que debe seguirlo a él. Él es aquél a quien nosotros nos sometemos porque él es el Señor de la gloria, él es el Rey de reyes, y él es exaltado a la diestra del Padre en la Majestad en las alturas. El Pontífice en Roma no solamente declara ser (como ya vimos) el “Padre Santo”, y el “Santísimo”, sino que también exige la sumisión del intelecto y de la voluntad. El intelecto es nuestra máxima facultad mental, y la voluntad es la capacidad que tenemos para determinar las cosas resueltamente, por nosotros mismos, eso es tener voluntad para hacer algo. La Iglesia Romana dice en su Código de Derecho Canónico, Canon 752:

Se ha de prestar un asentimiento religioso del entendimiento y de la voluntad,
sin que llegue a ser de fe, a la doctrina que el Sumo Pontífice o el Colegio de los Obispos, en el ejercicio de su magisterio auténtico, enseñan acerca de la fe y de las costumbres, aunque no sea su intención proclamarla con un acto decisorio; por tanto, los fieles cuiden de evitar todo lo que no sea congruente con la misma.

Este es su llamado. Su llamado es a que el hombre someta su intelecto, su facultad suprema, y su voluntad, a ellos. Pero ellos no lo dicen; ellos no lo dicen abiertamente. La Iglesia Católica exige que sometamos nuestro intelecto y nuestra voluntad a este hombre que se llama a sí mismo “El Santo Padre”.

WJM:

Eso es muy cierto, Richard, muy cierto. Sigamos adelante y veamos un poco más detalladamente cómo la Escritura explica las intenciones y los propósitos de este Hombre de Pecado. Si vemos otra vez en particular 2a Tesalonicenses capítulo 2, el Apóstol Pablo parece estar usando a propósito palabras que comúnmente se refieren a Cristo, para describir la actuación del Hombre de Pecado; palabras tales como: “se manifestará”, “advenimiento” y “misterio”. Él se las aplica a Cristo, pero él también se las aplica al que iba a tomar el lugar de Cristo, o sea al Hombre de Pecado. Esto indica

 

que el plan de Satanás es reemplazar a Cristo por su propio hombre. No es por nada que esta institución Católica Romana ha sido llamada el mayor engaño de Satanás, su mayor impostura. Su objetivo se encuentra en 2a Tesalonicenses (que es lo que hemos estado leyendo) capítulo 2, versículo 4, donde dice:

el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.

Y como hemos estado documentando, estas son las pretensiones de la Roma del Papa y esta su ley. Ahora, el versículo 9 de 2a Tesalonicenses 2 describe cómo ha de llevarse a cabo el propósito de Satanás.

inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos,

y luego, continuando en el versículo 10:
... y con todo engaño de iniquidad ...

etcétera.

Así como el Señor hizo milagros por medio de los apóstoles para confirmar su posición, así también Satanás iba a obrar con el Anticristo, respaldando su presunta posición con falsos milagros diseñados para destruir el Evangelio. El Hombre de Pecado es tanto una falsa personificación de Cristo, como un contraste de él. Él intenta ocupar la posición de Cristo, pero él es totalmente distinto de él y de hecho está opuesto a él. Él ha usurpado el lugar de Cristo y sus prerrogativas, y lejos de representarlo fielmente, él representa a su mayor enemigo. Así como Cristo representa a Dios, así el Hombre de Pecado representa a Satanás, quien de hecho lo usa para ése mismo propósito. El texto dice que el advenimiento del Hombre de Pecado es “por obra de Satanás”.

El propósito y las intenciones del Hombre de Pecado también se encuentran en su segundo nombre “Hijo de Perdición”. La referencia es a Judas Iscariote, quien fingió ser un discípulo de Cristo, aun cuando traicionó al Hijo del Hombre con un signo de amor y lealtad. El Hijo de Perdición es un enemigo secreto, mientras aparenta ser un amigo; es un confidente bien conocido, pero es un enemigo mortal que traiciona con un beso al Señor y Maestro, mientras dice que lo sirve. Él es un Judas, cuya venida iba a ser, como dice aquí en el versículo 9, “por obra de Satanás”, con “prodigios mentirosos”. Y continuando en los versículos 10-12, los que están bajo su mando, están bajo la influencia de lo que la Escritura denomina un “poder engañoso”. Por su parte, ellos “no recibieron el amor de la verdad”, sino que “se complacieron en la injusticia.”

En un rechazo directo del Evangelio, el 13 de mayo del año 2000, el Papa Juan Pablo II, respaldó la identidad y el origen de la visión de la supuesta “María” de Fátima, que en realidad fue un prodigio mentiroso. Él proclamó, y estas son las palabras exactas del Papa Juan Pablo II:

Por designio divino, "una mujer vestida del sol" (se refiere a Apocalipsis 12:1) vino del cielo a esta tierra en búsqueda de los pequeños privilegiados del Padre ... [estas son las palabras del Papa] los invita a ofrecerse como víctimas

de reparación, mostrándose dispuesta a guiarlos con seguridad hasta Dios.

Entonces, de sus manos maternas salió una luz que los penetró íntimamente, y se sintieron sumergidos en Dios

Richard, ¿como interpretas tú eso?

RB:

Sí, pues ese es un prodigio mentiroso donde ellos sólo hablan mentiras, y donde dan declaraciones blasfemas. La misma mal llamada “Señora” de Fátima dijo: “muchas almas van al infierno porque no hay quien se sacrifique y pida por ellas”; es decir que las almas van al infierno porque no hay nadie que rece por ellas o que sufra por ellas. Pero nuestro sufrimiento, el sufrimiento nuestro NO trae ninguna salvación. El sufrimiento nuestro NO es ninguna reparación. Es la muerte de Cristo, y nada más que su muerte, y su vida perfecta lo que trae salvación. Así que estos son los prodigios mentirosos, y uno solo tiene que ir a Fátima o Lourdes hoy en día y ver los prodigios mentirosos y el engaño de iniquidad con un mensaje falso, demostrando que este sistema está realmente... realmente personificando al Anticristo, el Hombre de Pecado. Y finalmente él ha de ser derribado porque la Escritura dice que

entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida;

En la venida del Señor—y sólo será al mero final—este sistema será derribado. Esto es muy similar a la revelación que se da en el libro de Apocalipsis mismo (en los capítulos 17 y 18, y parte del 19), que al mero final la religión de misterio de Babilonia será derrotada; y es el poder de Cristo Jesús el que la destruirá. Como dice en Isaías capítulo 11 versículo 14:

sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío.

Es similar a lo que se dice aquí en 2a Tesalonicenses, que él destruirá a este Hombre de Pecado con el Espíritu de su boca. Así que tendremos al sistema Romano hasta el mismo final, y solamente al mero final será desmantelado. Así que realmente nos dice que la Escritura revela no solamente quién es el Cristo sino también quién es el Anticristo. Bill, tú diste una larga lista de creyentes, terminando con Spurgeon y el Dr. Martyn Lloyd Jones que percibieron quién era el Anticristo. La gente hoy en día está buscando algún Anticristo futuro que vendrá, y no se da cuenta que el Anticristo está entre nosotros.

WJM:
Sí. Y por supuesto, toda esa idea de un anticristo futuro en los últimos días es realmente

una invención Católico Romana, ¿no es cierto? RB:
¡Sí, sí, efectivamente!

 

WJM:

¡Qué cómodo!

RB:

¡Comodísimo! Fueron ellos los que inventaron eso. Ese es todo un tema en sí mismo, pero eso es cierto; muy cierto.

WJM:

En cuanto a este misterio de la iniquidad del que habla Pablo—el hombre de pecado en 2a Tesalonicenses 2, particularmente el misterio de la iniquidad en las palabras específicas del versículo 7—nadie sino sólo Dios podría haber determinado de antemano este misterio de la iniquidad, que claramente es el oficio del Papado. La gente piensa que cuando decimos que el Papa es el Anticristo estamos hablando de un Papa en particular, un hombre. Pero eso no es para nada lo que los cristianos creyeron a través de la historia. Ellos creyeron que era el oficio del Papado, sin importar qué hombre en particular estuviera ocupándolo en un momento dado. Claramente el misterio de la iniquidad es el oficio del Papado. El hombre nunca habría podido anticipar todo esto: sólo Dios lo podía predecir. Escapa toda imaginación la idea de que pueda haber un poder que pretenda representar a Dios, y ser como Dios, en medio de la Iglesia Cristiana, burlándose de la verdad de Dios y fingiendo la Santidad del Señor. La corrupción el fraude y las falsas pretensiones han regido el mundo durante siglos desde la misma ciudad de las siete colinas donde el Imperio Romano antes rigió por medio de la fuerza militar. Y son tales que si no hubieran sido claramente descritas por la Palabra de Dios, y observadas en el pasado y por supuesto, en la historia reciente, el hombre nunca las habría podido anticipar. El retrato profético de la perversidad del sistema construido alrededor del Anticristo es una demostración de la inspiración de la Biblia y del poder y autoridad de nuestro Señor Dios.

Y es un asunto serio rechazar el testimonio claro de la Palabra escrita de Dios en cuanto al oficio fundamental del Anticristo, y preferir una doctrina que no puede ser ni verificada por el texto mismo, ni comprobada en la historia. Tal doctrina opaca la sabiduría de la profecía divina y niega el verdadero carácter de los días en los que vivimos. Esto se llama futurismo: es decir la idea de un anticristo futuro que no puede ser ni verificada por el texto mismo, ni probada en la historia. Si bien el futurismo afirma la cercanía de la segunda venida de Cristo, también destruye el marco histórico de su adversario, el Anticristo, lo cual es esencial para comprender correctamente el cumplimiento de la profecía. El desarrollo histórico de esas predicciones acerca de la apostasía es un elemento esencial de lo que el Señor predijo en su palabra. Tal como el Señor explicó acerca de sí mismo, en Lucas 24:44, él dijo hacia el final de ese versículo:

era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.

Y de igual manera, la esencia de lo que fue escrito acerca del oficio de aquél que se opone a él se ha cumplido. Con los Valdenses, los Lolardos, y los Bohemios, todas esas personas que mencionamos antes, a lo largo de la Inquisición y de la Reforma Protestante, la verdad del Evangelio y la palabra profética sacaron a naciones enteras de

 

las profundidades de la superstición y del despotismo a la libertad bíblica y el crecimiento económico. Es cierto que mucha enseñanza futurista ha sido obra de hombres de Dios sinceros y dedicados; sin embargo, uno puede ser sincero y dedicado y aun así estar equivocado. El hecho de no exponer la presencia del Anticristo entre nosotros, hace que las naciones de hecho estén siendo seducidas otra vez hacia la esclavitud. De cara a tal defecto es importante (debería decir imprescindible) conocer la presencia de la simiente verdadera, Cristo Jesús, entre ellos, en Espíritu y en verdad, así como la conocían los creyentes antiguos.

La interpretación histórica ha sido representada en las confesiones de fe más solemnes en el mundo bíblico. Forma una parte preponderante en el testimonio de los mártires y los reformadores. Así como los profetas antiguos, estos hombres santos tienen un doble testimonio—un testimonio a favor de la verdad de Dios, y un testimonio en contra de la apostasía de aquellos que profesan ser cristianos. Su testimonio era que la Roma Papal era la Babilonia de la profecía. En las palabras de Apocalipsis 17:18

la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra.

y ellos creyeron que su cabeza, el pontífice romano, era el “Hombre de Pecado”, el Anticristo de la profecía.

RB:

Sí, así que hemos demostrado fehacientemente que la Escritura muestra a Cristo y muestra quien es el Anticristo, y es claro y preciso. Ahora quisiera terminar con lo que mencionamos recientemente. Al mero principio de la epístola a los Hebreos se nos explica quién es el Cristo – el Hijo de Dios que habla ahora, y dice

... el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder ...

Y tú puedes ver esto al contemplar el mundo y toda la creación, las estrellas y los planetas, y la vegetación y los ríos, y todo lo que ves está sustentado por la palabra del poder de Cristo Jesús. Esta es la naturaleza de nuestro Salvador.

y todas las cosas en él subsisten

como dice Pablo más adelante. Esta es la maravilla de la naturaleza de nuestro Cristo. Y luego dice:

habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo

Fue una obra exclusivamente suya. Sabemos que fue sólo su vida perfecta y su muerte perfecta en la cruz como sacrificio lo que purificó nuestros pecados. Amigo que nos escuchas, ¿Puedes tú incluirte en esa frase? Puedes tú decir “mis pecados—yo estoy incluido”? Alguna vez te has considerado a ti mismo como muerto en delitos y pecados? Alguna vez te has considerado a ti mismo como uno que no está seguro de su destino eterno y que no sabe nada realmente en cuanto a la vida eterna, y no tiene seguridad? Bueno pues la Escritura dice que tú debes confiar en aquél a quien Dios ha enviado.

Esta es la voluntad de Dios, dijo Jesús, que confiéis en aquél a quien él ha enviado, a

quien el Padre ha enviado. Confía en él, y mira a él para obtener la fe y la gracia, y tú serás capaz de proclamar quién es el Cristo, y de proclamar que él sustenta todas las cosas por la palabra de su poder, y efectuó la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo. Y si tú puedes decir “él purificó mis pecados” entonces sabrás que tú eres uno de los suyos. Y ese es el maravilloso deleite de tener la vida eterna ahora, conociendo al Padre y al Hijo, así que a él sea la alabanza, la gloria, la adoración y el honor, ahora y por siempre. Amén y amén.